top of page
Buscar

LEÓN O RATÓN

Foto del escritor: YZA ZAVALETAYZA ZAVALETA

En la novela de Mary W. Shelley en que se basa la película Frankenstein, la criatura hecha de remiendos de cadáveres hace esta confesión a su ya arrepentido inventor: «Soy malo porque soy desgraciado.» Tengo la impresión de que la mayoría de los supuestos «malos» que corren por el mundo podrían decir lo mismo cuando fuesen sinceros. Si se comportan de manera hostil y despiadada con sus semejantes es porque sienten miedo, o soledad o porque carecen de cosas necesarias que muchos poseen: desgracias, como verás. O porque padecen la mayor desgracia de todas, la de verse tratados por la mayoría sin #amor ni #respeto, tal como le ocurría a la pobre criatura del doctor Frankenstein, a la que sólo un ciego y una niña quisieron mostrar amistad. No conozco gente que sea mala de puro #feliz ni que martirice al prójimo como señal de #alegría. Todo lo más, hay bastantes que para estar contentos necesitan no enterarse de los padecimientos que abundan a su alrededor y de algunos de los cuales son cómplices. Pero la ignorancia, aunque esté satisfecha de sí misma, también es una forma de desgracia...


Ahora bien: si cuanto más feliz y alegre se siente alguien menos ganas tendrá de ser malo, ¿no será cosa prudente intentar fomentar todo lo posible la #felicidad de los demás en lugar de hacerles desgraciados y por tanto propensos al mal? El que colabora en la desdicha ajena o no hace nada para ponerle remedio... se la está buscando. ¡Que no se queje luego de que haya tantos malos sueltos! A corto plazo, tratar a los semejantes como enemigos (o como víctimas) puede parecer ventajoso. El mundo está lleno de «pillines» o de descarados canallas que se consideran sumamente astutos cuando sacan provecho de la buena intención de los demás y hasta de sus desventuras. Francamente, no me parecen tan «listos» como ellos se halagan en creer. La mayor ventaja que podemos obtener de nuestros semejantes no es la posesión de más cosas (o el dominio sobre más personas tratadas como cosas, como instrumentos) sino la complicidad y afecto de más seres libres. Es decir, la ampliación y refuerzo de mi #humanidad. «Y eso ¿para qué sirve?», preguntará el pillo, creyendo alcanzar el colmo de la astucia. A lo que tú puedes responderle: «No sirve para nada de lo que tú piensas. Sólo los siervos sirven y aquí ya te he dicho que estamos hablando de seres libres.» El problema del canalla es que no sabe que la #libertad no se sirve ni gusta de ser servida sino busca contagiarse. Tiene mentalidad de esclavo, el pobrecillo... ¡por muy «rico» en cosas materiales que se considere a sí mismo!


Y suspira luego el canalla, ahora ya tembloroso y reducido a simple pillín: «Si yo no me aprovecho de los otros, ¡seguro que son los otros los que se aprovechan de mí!» Es una cuestión de ratones-esclavos y leones-libres, con las debidas reverencias para ambas especies zoológicas de mi mayor consideración.

Diferencia número uno entre el que ha nacido para ratón y el que ha nacido león: El ratón pregunta «¿que me pasará?» y el león «¿qué haré?».


Número dos: El ratón quiere obligar a los demás a que le quieran para así ser capaz de quererse a sí mismo y el león se quiere a sí mismo por lo que es capaz de querer a los demás.


Número tres: El ratón está dispuesto a hacer lo que sea contra los demás para prevenir lo que los demás pueden hacer contra él mientras que el león considera que hace a favor de sí mismo todo lo que hace a favor de los demás.


Ser ratón o ser león: ¡he aquí la cuestión! Para el león está bastante claro «tenebrosamente claro», como diría el poeta Antonio Machado —que el primer perjudicado cuando intento perjudicar a mi semejante soy precisamente yo mismo...


Nos vemos muy pronto.


Gracias, Gracias, Gracias


Ética para Amador (Fernando Savater)

175 visualizaciones1 comentario

Entradas recientes

Ver todo

HAZ LO QUE AMAS

1件のコメント


Carlos Castillo
Carlos Castillo
2021年8月17日

A seguir compartiendo estos contenidos que son de altísima calidad. Gracias.

いいね!

​© 2021 by YZA ZAVALETA

bottom of page